Thursday, June 16, 2016

LA EDUCACIÓN COOPERATIVA EN LAS ESCUELAS ARGENTINAS - Legislación nacional comentada

Libro editado por Aplicación Tributaria S.A. 
Autor: Juan Carlos Velazque





INTRODUCCION

Seguramente aquel 21 de diciembre de 1844, día en que abrieron por primera vez las puertas de su almacén cooperativo, los Pioneros de Rochdale no habrán imaginado la dimensión que cobraría esa acción, tan cara al movimiento cooperativo internacional, con el correr de los años.
Fueron veintiocho los trabajadores que iniciaron el camino del moderno cooperativismo. Siendo varios de ellos analfabetos, no dudaron en destinar a “educación general” un porcentaje de los beneficios netos que resultaran de la operatoria cooperativa.
Es posible que tampoco pensaran que esa regla estatutaria cobrara una relevante importancia con el paso del tiempo. La llamada “regla de oro” del cooperativismo pasó a denominarse “educación cooperativa”, el sexto de los siete principios establecidos por la Alianza Cooperativa Internacional (ACI). Esta organización representativa del cooperativismo mundial, a través del Congreso realizado en la ciudad de Manchester, Gran Bretaña, en 1995, modificó este principio por “educación, capacitación e información”. 

La aproximación que tiene desde Rochdale el cooperativismo con la educación común de nuestro país es el tema que desarrollaremos a continuación. Para ello es menester que retrocedamos al año 1919 cuando, finalizada la Primera Guerra Mundial, un personaje llamado Bartolomé Profit -quien se encontraba a cargo de la inspección de escuelas francesas-, “viendo el estado catastrófico que presentaban los establecimientos escolares de su país, se dio a la tarea de comenzar la reconstrucción de los edificios dañados con la ayuda de los alumnos de las mismas escuelas”.
Como consecuencia de aquellas acciones nacía “Las Abejitas”, la primera cooperativa escolar que se conoció en el mundo. La idea se extendió entonces por toda Francia diseminándose luego por Europa y solo dos años más tarde, en 1921, arribaba a la República Argentina a través de la colonia francesa que se había establecido en el siglo anterior en Pigüé, Provincia de Buenos Aires, fundadora a su vez en 1898 de la primera cooperativa de seguros de Sudamérica.
Los docentes de una escuela de aquella localidad llevaron entonces a la práctica el cooperativismo escolar creando la primera institución de este tipo en nuestro país de la que se tenga noticia. Se trataba de la “Unión Escolar Cooperativa” que funcionó en la Escuela Nº 3 Domingo Faustino Sarmiento, dedicándose a la producción de jabones y a la elaboración y venta de mermeladas.

Si bien la creación de la Sociedad de Rochdale era muy reciente, esta forma asociativa se iba desarrollando paulatinamente en toda Europa. La semilla estaba sembrada y en consecuencia no pasaría mucho tiempo para que el cooperativismo sentara sus bases también en América y comenzara a desarrollarse en nuestro país a poco de iniciada la segunda mitad del Siglo XIX. Coincidimos con Alicia S. Rovella cuando afirma que “la educación no forma al hombre en abstracto, sino en y con una estructura social”. Y la Argentina de aquellos años estaba conformada en forma predominante por inmigrantes europeos imbuidos de una cultura asociativa, basada en la ayuda mutua y la solidaridad.


Largo ha sido el camino recorrido desde entonces por la educación cooperativa para arribar finalmente a la sanción de la Ley de Educación Nacional en el año 2006 concretándose allí, -gracias al valioso aporte de profesionales, docentes, y de todo el movimiento cooperativo y mutual-,pensamos que en forma definitiva, la incorporación de los principios y valores del cooperativismo y del mutualismo en los procesos de enseñanza-aprendizaje y la promoción del cooperativismo y mutualismo escolar.

Párrafo del Prólogo suscrito por la Ing. Agr. Silvia E. Recalde:
Este libro compila y ordena la legislación en la temática de la educación cooperativa y mutual, y el autor desea lograr informar y convencer a docentes, alumnos y dirigentes, que la enseñanza y práctica del cooperativismo y mutualismo es posible desde el conocimiento en la teoría, filosofía, actitudes y aptitudes, plenamente avaladas por políticas de estado que aportan posibilidades de desarrollo, formando generaciones de argentinos donde la eticidad sea el camino.
Los años de trabajo compartido con Juan Carlos Velazque, y el estilo que imprimió a este trabajo por su dedicación, convencimiento y vocación docente, me permiten asegurar a los lectores, la importancia por su utilidad e interpretación cabal de las disposiciones vigentes.
Agradezco la confianza y el deseo ferviente de sembrar con esperanza la semilla de la cooperación para contribuir a un país más humano.

El libro puede ser adquirido en el CGCYM-Colegio de Graduados en Cooperativismo y Mutualismo
E-Mail: cgcym@cgcym.org.ar
www.cgcym.org.ar